Es muy sencillo convertir un evento deportivo en una buena causa. Solo hace falta un poco de motivación, un poco de organización y muchas ganas de esforzarse por unir gotas que enviaremos donde más falta hacen.
Nosotros participamos en nuestro recorrido mas pequeño que los mayores donde dimos muchas vueltas con las profesoras.
Todos los niños y las niñas corrieron conscientes de que iban a entregar un dinero para ayudar a otros niños que necesitan mas que ellos.
Y al final cuando pasaron por su árbol el MIRABOBO se abrazaron espontáneamente a él como siempre hacen.